domingo, 8 de marzo de 2015

Punto irretornable

Y así el entró en mi vida
El con sus marlboros, yo con mis converses viejas,
El llevando lentes oscuros, y yo mi controversia,
Su galantería natural, que desafiaba mi misantrópica apariencia,
La combinación perfecta del ayer y el hoy,
Y su irresistible encanto que provoca desearlo sin pudor.
Siendo nieve y miel, citrino y canela,
Se convirtió rápidamente en el incendio que me quema,
Arrasando con mis creencias, mis vicios y poemas,
Invadiéndome con su música y sus historietas,
Tocando cálidamente los arpegios de mi existencia,
Tejiendo nuevos tonos al lienzo de mí conciencia,
Moviendo sus alfiles muy cercanos a mí reina,
Embrujándome con sus hechizos de sátiro y magia negra.
Y llego a ser enero en mi vida,
Y también noviembre, mayo y tal vez septiembre,
Mis 350 días al año,
Sublime decadencia, entre dulces y telas,
La pérdida de la inocencia y la prudencia,
El sendero a la tolerancia y la paciencia,
Fue la duda y escepticismo,
Que convirtió la felicidad en realismo.
Desnudó mi alma, mi cuerpo y mi corazón,
Se enteró de cada pasadizo para eludir al dragón,
Usó de escaleras mi necesidad de cariño e intereses,
Venció uno a uno a la hueste defensora escondida,
Usó la capa y el antifaz, fue mi noble y mi rival.
Tomó las estalactitas de mi corazón,
Y las fusionó para regar las flores que sembró,
Silenció las voces en el salón,
Y escondió todas las muñecas en el cajón,
Ha copado, amueblado y redecorado mi corazón,
Pidió un alquiler pequeño y luego lo expropio,
Se adueñó de mis sueños, modificándolos, creando nuevos,
Cediendo en los suyos, tomando mi mano para vencer los miedos.
Y me ha hecho llover y ver el sol,
Me ha hecho tiritar de frio y asarme de calor,
Me ha dado la vida con verlo sonreír,
Robándome la tristeza con cada amanecer,
Me ha dado un viaje inolvidable,
A través de un universo inagotable,
Rosando de cerca la luna, olvidándonos de Saturno y los cometas,
Me llevó a su guarida, encadenándome junto a la fiera,
Me dio la llave secreta del diario de su pasión,
Me enseñó sus juegos y las reglas del jugador,
Se mostró brillante e iridiscente,
Cual es y no el etéreo mate que vislumbraba en mi atormentada mente,
Se vistió de Furia, de Gorgona, de Musa y de Moira para mí.
Y ha tomado todo de mí, de mis pensamientos y de mi ápice de forma de humana,
Mis sonrisas, mis risas, mis manías, mis miedos y mis fantasías,
Les ha sonreído o se ha burlado sin ironía,
Sabe mi sabor preferido, de mi forma de hablar,
De cómo me escondo cuando no quiero que me vea llorar,
Sabe quién soy, incluso mejor de lo que lo sé yo,
Y ha compartido conmigo lo que tiene y lo que no,
Escribió la primera página del cuento,
Dejando el resto abierto para llenarlo con el tiempo,
Tiempo que se cuenta entre sonrisas y siestas,
Tiempo que tiene una ponderación infinita,
Un área incontrolable, un flujo caudaloso,
Un volumen en expansión, un punto de fusión inestable,
Una ecuación inalterable.
Y todo comenzó por unas cuantas letras,
Cuando fuimos nuestra primera desilusión,
Yo creyéndote inalcanzable, el considerándome no interesable,
Y ahora somos inseparables,
Un punto iretornable.

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